Vini, Vidi y Vinci

Yo nunca quise tener un blog, nunca me ha ido eso de expresar mis opiniones ni de declarar en público lo bien (o mal) que me siento, pero, vaya, aquí estoy, ¿cómo ha sido esto? Pues aproximadamente, esto fue lo que sucedió...
Estaba yo descansando, la mirada perdida en el infinito, la mente en blanco, cuando llegó la Voz Interior Nº I (de aquí en adelante, Vini)
Vini: Estaría bien tener un blog, sería una experiencia interesante.
Aquí entró en escena, algo precipitadamente, la Voz Interior Demasiado Indecisa (como seguro ya habéis adivinado, ésta es Vidi)
Vidi: Sí bueno, pero vaya tela ¿un blog? eres incapaz de expresarte como debe ser allá donde vayas, y piensas en escribir un blog, muy bonito no te iba a salir.
Vini: Claro, por eso mismo, sería una especie de terapia: "Aprenda usted a perder la vergüenza llevando un blog”.
Vidi: Lo vas a pasar mal, con lo poco que te gusta dejar algo tuyo por ahí, que todo el mundo podrá leer.
Vini: Justo, justo, pero es que me apetece, es una de esas cosas contradictorias, querer y no querer...
Vidi: Te arrepentirías seguro, hazte caso, si lo hicieras acabarías borrándolo.
Vini: Tú lo que pasa es que eres una cobarde, reconócelo.
Vidi: Ey, no vale ser tan cruel conmigo misma.
Vini: Es que si no me digo las cosas así, siento que me estoy mintiendo, y para mejorar primero tengo que enfrentar la realidad...

Vidi: Pero lo del blog mejor lo dejo.

Vini: Aunque no es mala idea.

Vidi: Luego no me parecerá buena.

Vini: Bueno sí.

Vidi: Mejor no.

Vini: Mmmm.
En fin, en éstas estaban, cuando al fin llegó la Voz Interior Nº Condenadamente Interminable:
Vinci: Anda, basta ya, hagamos el dichoso blog, y si hay que arrepentirse, ya habrá tiempo ^^.